domingo, 29 de abril de 2012

Día 3: Sur de Francia: Villerouge, Lastours, Carcassonne

Esta página del blog describe el día 3 de 5 de nuestro viaje al Sur de Francia, Ruta de los Cátaros.

Resumen del día

  1. Ver el castillo de Villerouge-Termenès.
  2. Llegar a Carcassonne.
  3. Ver los castillos de Lastours.
  4. Visitar La Cité murallada de Carcassonne de tarde-noche.
Es Domingo 29 de Abril, y hoy nos levantamos pronto y contentos al comprobar que Kelita estaba completamente recuperada de la mala noche que pasó ayer. A las 09:30 hicimos el checkout del hotel en Quillan, y paramos en una farmacia de Esperáza a comprar algunos medicamentos, donde pude comprobar que no tengo tan oxidado mi francés del colegio, y nos dirigimos al castillo de Villerouge-Termenès.

Visita al castillo de Villerouge-Termenès


El trayecto desde Quillan hasta el pueblo de Villerouge-Tèrmenes nos llevó una hora. Carreteras tranquilas, poco tráfico como siempre, y el paisaje precioso. Por el camino vimos el Chateau d'Arques, pero no paramos a visitarlo.


Cuando llegamos a Villerouge-Termenès a las 11:30, aparcamos en un gran estacionamiento gratuito que hay antes de coger andando la ruta hasta el castillo. En esta ocasión, está a pocos minutos, y sin senderos enfilados, ya que el castillo está dentro del propio pueblo.


Compramos la entrada en la taquilla (aprovechando como siempre el descuento de los passports). La visita a este castillo venía con audioguía incluida, que consistía en la narración de Guillaume de Belibaste, el último cátaro, en la que nos describía su vida: desde sus inicios en el catarismo hasta que fue capturado y ejecutado en este castillo, en el final de la cruzada contra los cátaros liderada por Simon de Monfort por órdenes del Papa de Roma.

El castillo es muy pequeño (el más pequeño de todos los que vimos en Francia), por tanto la visita podía resultar corta,  pero al tener audioguía fue más interesante. Aún así, el precio de la entrada es caro en relación a lo poco que puedes ver.

Las salas, muy oscuras, no daban para tomar buenas fotos. Aquí tomamos alguna de la parte de la muralla:


A la 13:00 acabamos la visita, devolvimos las audioguías, y volvimos al aparcamiento para tomar ruta hasta Carcassonne, el plato fuerte de este viaje por el país de los cátaros.

Llegada a Carcassonne


Para el viaje desde Villerouge a Carcassone decidimos evitar autopistas en el GPS. El viaje fue un poco más largo, más de una hora, ya que al evitar peajes las carreteras no permitían correr demasiado. Eso si, al ir por nacionales/comarcales pudimos seguir disfrutando del verde paisaje de esta zona de Languedoc de Francia, y siempre tuvimos muy poco tráfico y se conducía muy bien. Sin tenirlo previsto, nos encontramos de casualidad con la Abadía de Lagrasse, del S. VIII. La vimos desde fuera sin entrar. Llegamos a Carcassone a las 14:00.


Carcassone es la capital de Aude, en el Languedoc-Rossillon. Tiene la ciudadela amurallada en conservación más grande de Europa. Dicha ciudadela se puede apreciar desde lejos, cuando aún faltan muchos kms para llegar.


Al ser capital de departamento, tiene mucha población, tráfico, problemas para aparcar, etc... La zona de la ciudad amurallada, conocida como La Cité, se encuentra en el centro del municipio, lo cual crea un fuerte contraste entre una zona antigua y medieval (con sus calles de artesanos, torres, murallas, puentes levadizos) con la zona urbana e industrial de la periferia.

El hotel que elegimos para la noche de Carcassonne era el Hotel Central, y tenemos que decir que fue una mierda. Fue el hotel más caro del viaje, aunque ya sabíamos que los hoteles en Carcassonne serían más caros al tratarse de una capital en lugar de un pueblo. Pero cuando llegamos con el coche, nos encontramos con un edificio de fachada muy antigua y descuidada, con un letrero cutre y una recepción que no invitaba demasiado a entrar. Por suerte, al ser domingo tarde se podía aparcar gratis. Aparcar en Carcassonne es bastante complicado, atentos.

La señora de recepción (que creemos era la dueña) no hizo ningún esfuerzo en intentar atendernos en castellano, a pesar que un porcentaje muy elevado de turistas que visitan Carcassone son españoles. Luego, no había ascensor en el hotel y tuve que llevar las maletas a peso (Kelita embarazada se libró de la carga). El hotel era más bien una casa grande, con una zona central de escaleras que iba abriendo pasillos de habitaciones.

En general por lo que vimos (estaban pintando algunas y tenían por tanto la puerta abierta) todas las habitaciones eran del mismo estilo: pequeñas, cama estrecha, y poco cuidadas. Almenos tenía WIFI gratis, pero no lo recomiendo a nadie.

Su único punto fuerte, hay que admitirlo, es que se encuentra a 15 minutos andando de La Cité, a la que iríamos por la tarde.

Tras llevarnos un poco de decepción con el hotel, decidimos descansar un rato, comimos de lo que traíamos en el coche (galletas, zumos,...) ¡y nos echamos una siesta brutal! Kelita seguía recuperándose de su mala noche de ayer.

A las 16:00 nos despertamos para ir a ver los castillos de Lastours, que se encuentran cerca de Carcasonne. Así, una vez visitada esta parte, tendríamos hoy noche y mañana para ver bien La Cité de Carcassone tanto de noche como de día, ya que son dos ambientes completamente distintos.

Visita a los castillos de Lastours


Lastours es un conjunto de cuatro torreones cátaros ubicado a 20 kilómetros al norte de Carcassonne. En su momento fueron un punto importante de defensa fronterizo, pero fueron quedando abandonados uno a uno. Su estado de conservación no es muy bueno, pero al estar ubicados todos juntos en una colina permite observar un paisaje precioso. Llegamos en unos 20 minutos.


Aparcamos en el propio pueblo, bastante cerca de la entrada de venta de tiquets. Por supuesto, aprovechamos los passports para obtener descuentos, los teníamos ya más que amortizados.

Empezamos la visita a las 16:15. La colina para ver los castillos de Lastours es muy empinada, y en ocasiones hay peldaños y bastante altos. Fuimos poco a poco, para que Kelita no se cansara con su embarazo.


De las cuatro torres de Lastours vimos la de Qherthineux, Cabaret y Tour Regine que son las que están más cerca entre ellas. Está todo muy bien señalizado.


La mayoría de turistas que encontramos en Lastours eran españoles. Al terminar de ver las torres, bajamos de nuevo al principio del recorrido. Con la entrada se incluía un acceso al Mirador de Belvedere, alejado a unos pocos kilómetros del pueblo, y desde el que se obtienen unas vistas perfectas de los cuatro castillos de Lastours.


A las 18:15 volvimos de nuevo a Carcassone, al hotel. Descansamos un rato y nos preparamos para ir a ver la Cité por la tarde noche.

Anochecer en La Cité amurallada de Carcassonne


Desde el hotel teníamos unos 20 minutos de paseo tranquilo, cruzando el Pont Vieux, hasta la entrada a La Cité, la ciudadela amurallada más grande de Europa. Aquí ya había bastantes turistas, y la verdad es que lo merece porque el sitio es espectacular. Es como una ciudad dentro de un castillo medieval, al más puro estilo "Canción de Hielo y Fuego", como si estuviéramos en Aguasdulces o Desembarco del Rey.


Entramos por la Porte Narbonaisse. Por dentro todo son calles estrechas llenas de restaurantes, casas de artesanos, comercios, tiendecitas,... te puedes perder fácilmente por las murallas, torres, puertas, puentes levadizos,... Se nos hizo de noche bastante rápido.


Cenamos dentro de la Cité, en La Taverne de Chateau Noir, donde yo probé el plato típico de la zona que es el Cassoulet: alubias con carne de pato. Es un plato bastante fuerte para cenar, y reconozco que me costó una digestión dificultosa, pero estaba muy bueno.


Tras dar otro largo paseo por la ciudadela, para bajar la cena, a las 22:30 volvimos al hotel, por el mismo camino que habíamos venido. Desde el Pont Vieux hicimos algunas fotos.


Al día siguiente, volveríamos a La Cité para verla de día.

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