Esta página del blog describe el día 4 de 5 de nuestro viaje al Sur de Francia, Ruta de los Cátaros.
Resumen del día
- Ver la Cité de Carcassone de día, entrando a la fortaleza central de la ciudadela.
- Viajar hasta Albi, la cuna del catarismo, y ver el pueblo.
El primer objetivo del día era volver a ver La Cité de Carcassone, ahora de día, y esta vez visitar el castillo central, que sólo abre en horario laboral, y hay que pagar a parte.
Visita de La Cité de Carcassone y su castillo
A la noche anterior cuando estuvimos también en La Cité, me fijé en una zona cercana donde se podía aparcar gratis para hoy, ya que al ser laborable en la mayoría de calles había que pagar. Cerca de la ciudadela hay un estacionamiento, pero muy caro. En cambio donde lo dejamos nosotros, sólo estábamos a 10 minutos y no tuvimos que pagar nada.
Volvimos a entrar a la ciudadela por la Puerta Narbonnaise.
Pasamos por la Office du Tourisme para coger los horarios de visita a la fortaleza interior, y como no empezaban hasta las 10.00, nos dio tiempo a ver la Basílica de Saint Nazaire.
A las 10.00 nos acercamos al centro de la ciudadela, donde está la fortaleza que se visita a parte, pagando. Para entrar, vimos alguno de los sistemas defensivos que tenía, como el foso con puente. Aquí siempre hay más turistas, pero aún así se podían hacer fotos sin que nos molestáramos unos a otros.
Compramos las entradas con audioguía incluida. Aquí los passports fueron muy necesarios porque la entrada es cara (19 euros) y con ellos tuvimos más descuento. La visita fue muy interesante, gracias a la audioguía. Estuvimos dos horas, hasta las 12.00. Paseamos por las murallas, la torre del homenaje, la barbacana, los matacanes, el patio de los guardias, la armería, el camino de ronda, etc...
Cuando acabamos la visita devolvimos las audioguías, salimos del patio de entrada y volvimos a la ciudadela. Compramos unos bocadillos en una de las tiendas y los comimos en un parque cercano al acceso principal del foso.
Dimos una última vuelta por los muros exteriores para tomar las últimas fotos.
A la 13:30 volvimos a la zona donde teníamos el coche. Tomamos una última foto de La Cité desde el Pont Vieux, como despedida de Carcassonne. Tuvimos que darnos prisa, porque empezó a llover.
Con el tiempo justo para no tener que sacar los paraguas, nos metimos en el coche y pusimos ruta hacia Albi, la última ciudad que veríamos de nuestro periplo por las tierras cátaras.
La ciudad de Albi
Albi fue la cuna del catarismo, pues aquí es donde se fundó este movimiento. En los foros de viajeros que nos informamos antes de salir, todo el mundo reconocía que era una ciudad muy bonita y recomendada de visitar, por tanto la incluimos en el viaje.
Tras haberla visto, reconocemos que la ciudad es bonita pero está bastante lejos de Carcassone, y no merece la pena todo el viaje a no ser que se tengan realmente muchos días de vacaciones. En nuestro caso, lo hubiéramos podido eliminar tranquilamente del viaje, porque la cantidad de kilómetros que tuvimos que hacer para llegar no compensa lo que luego vimos ahí.
Aún así, la ciudad es bonita y tiene su encanto, como todas las localidades de este departamento de Francia.
Albi está a 160 kilómetros de Carcassone por autopista (desviándose hasta Tolouse para luego retroceder), o a 110 kilómetros en línea recta por carreteras comarcales y nacionales. El peaje sabíamos que era caro, y parecía que dábamos mucha vuelta por autopista, así que fuimos por carretera.
El viaje es largo, tardamos 2 horas. La carretera está bien, como todas las de esta zona del sur de Francia, pero no esperábamos que tuviéramos tanto trecho. Además hizo muy mal tiempo durante el trayecto. Por la zona de Castres cayó un auténtico diluvio universal, había que conducir con cuidado.
El hotel de Albi era el Inter Hôtel Le Cantepau. Sitio tranquilo, habitación correcta, WIFI gratis, y aparcamiento privado gratuito. Sin nada negativo a comentar. Llegamos a las 16:00 y aunque ya no llovía estaba bastante nublado. Nuestra primera idea al llegar era visitar la ciudad de Cordes-Sur-Ciel, a 25 kilómetros más de Albi, pero por el mal tiempo decidimos descartarlo. Como yo estaba algo cansado de conducir, descansamos en el hotel hasta las 17.00.
Hacía fresquillo en Albi, y el tiempo seguía nublado. Toda la zona interesante de ver en la ciudad está en el casco antiguo, que estaba a pocos minutos andando del hotel. Desde este puente ya se divisaba la Catedral de Albi, ¡que es el monumento religioso de ladrillo más grande del mundo!.
Antes de entrar en la catedral por dentro, vimos el Palais Berbier. Entramos en su oficina de turismo, casi antes de que cerraran, para coger información. Siendo un Lunes ya por la tarde, quedaban pocas cosas abiertas. Empezó a llover otra vez, así que sacamos los paraguas.
Tras el Palais Berbier fuimos ya a ver la Catedral de Albi, que es espectacular, y como dije, la más grande de ladrillo del mundo. Primero la vimos por fuera:
Luego vimos la catedral por dentro, antes de que cerraran a las 19.00. Al salir, seguía lloviendo y haciendo mal tiempo. Nos quedamos bastante fríos y acartonados, así que nos metimos en una cafetería a tomar unos crèppes y cafés calentitos.
Fue una gran idea, porque entramos en calor y salimos muy recuperados. Teníamos mp3 de Albi grabado en el móvil con locuciones de la ciudad, así que aprovechamos para escucharlos. Al cabo de poco rato paró de llover, con los mapas que nos dieron en la oficina de turismo, hicimos las rutas amarilla y roja, que nos dieron una vuelta por el centro histórico para ver los edificios más importantes. Siendo un Lunes tarde, no había casi gente por la calle. Es una ciudad/pueblo bastante tranquila.
Cenamos unos panninis en un puestecito cercano a la iglesia. Al volver, cruzamos el Pont Vieux de la ciudad, que es el puente más antiguo de Francia, donde tomamos algunas fotos.
Llegamos al hotel a las 22:00, ésta sería nuestra última noche de este viaje a Francia.