Del Aeropuerto de Fiumicino al centro de Roma
Salimos de Barcelona a las 07:30 de la mañana, puntuales con Vueling.Llegamos a Fiumicino a las 09:30. Para llegar a Roma hay varias opciones (tren, autobús, taxi,...) y optamos por el tren Leonardo Express que nos costó 14€ a cada uno, pero era un tren más rápido que los regionales, y llegaba a Estación Termini sin necesidad de enlaces.
Tuvimos que correr bastante porque desde la terminal del aeropuerto a la estación de trenes hay bastante trecho andando. Al final cogimos el tren de las 10:00 para llegar a Termini a las 10:30. Es la gran estación de trenes de la ciudad, con muchos enlaces de autobuses y el único transbordo con las dos líneas de metro de Roma.
Nuestro hotel, el Capitolium Rooms Roma, se encontraba a unos diez minutos andando, en la Via Montebello. Las calles colindantes no eran demasiado agradables, aún así no tuvimos ningún problema en todos los días (vagabundos, etc...). El hotel fue una decepción al principio, podéis ver mi opinión de TripAdvisor, aunque al final no nos pareció tan mal.
Quirinal
Tras dejar las maletas en la habitación del hotel empezamos a callejear por Roma, que hay muchas cosas que ver.Recorriendo la Via del Quirinale hasta Le Quattro Fontane, la Chiesa di San Carlino alle Quattro Fontane y San Andrés del Quirinal.
Luego llegamos al Palacio del Quirinal, residencia oficial del Presidente de la República de Italia.
Pasamos por delante del Mercado de Trajano (sin entrar) y paramos a tomar unos helados buenísimos en unas escaleras que bajaban hasta la Columna Trajana.
A continuación andamos hasta la espectacular Piazza Venezia.
Bordeamos la plaza para subir hasta el Campidoglio y la Estatua Ecuestre de Marco Aurelio. Aquí están los Museos Capitolinos, pero no entramos porque no somos muy fans de museos nosotros.
Detrás de Campidoglio sale una calle con unas vistas magníficas del Foro Romano y de Palatino.
Volvimos (nos perdimos un poco) hasta Via dei Fori Imperiali y vimos el Foro Augusto:
Y llegamos hasta la entrada al Foro Romano. Por el mismo precio incluye la entrada aquí y al Coliseo. Pero a finales de Octubre cierran ámbas cosas muy pronto (16:00). Así que decidimos comprar aquí las entradas (no había nada de cola) y andar un poco más para entrar al Coliseo. Al final, tampoco había cola aquí: apenas 5 minutos.
Coliseo Romano y alrededores
Sin hacer casi cola entramos al Coliseo, que pudimos ver sin aglomeraciones. Igualmente, me arrepiento de no haber cogido audioguía para enterarme un poco mejor de la historia del monumento.Era ya bastante tarde, pasadas las 15:30, y decidimos ir a comer a un restaurante que teníamos apuntado como recomendado en el foro de Los Viajeros: el Luzzi, que se encuentra cerca. No nos entusiasmó. Mi plato de pasta estaba aceptable, y Kelita pidió canelones porque se supone que ahí son famosos y no le gustaron demasiado. Opinión en TripAdvisor.
Tras acabar, aprovechando la última hora de luz que nos quedaba (en Roma anochece antes que aquí) fuimos a hacer unas fotos del Coliseo por fuera.
Entramos a ver la Basílica de San Clemente, que es famosa porque tiene tres estilos arquitectónicos al ser subterránea, pero que nos pareció muy cara de visitar, así que sólo vimos la parte gratuita.
Y finalmente el Arco de Constantino:
Ya anocheciendo (y sólo eran las 17:00 de la tarde) bajamos por Via di San Gregorio para ver las ruinas del Circo Massimo.
Cruzando la Via dei Cerchi acabamos en Santa Maria in Cosmedin, que es famosa por tener la Bocca della Verità, un gran rostro tallado en piedra que trae suerte si pones la mano en la boca. El acceso cierra pronto (a las 18:00) y hay que hacer cola para hacerte la fotito de marras (unos 10 minutos). Me pareció una chorrada, pero... ¡ya que estábamos ahí!
Llegando a Trastévere
Estábamos andando casi sin descanso desde que habíamos llegado a Roma, y estábamos destrozados y un poco desorientados.Decidimos ir hasta Trastévere bordeando el río Tíber, hasta llegar al Ponte Fabricio para cruzar por Isla Tiberina.
Ya en Trastévere no podíamos dar ni un paso más, y decidimos parar en un bar a tomar algo.
Con energías recuperadas, continuamos hasta Santa Maria in Trastevere.
Finalmente, para cenar, también por recomendaciones que teníamos del foro Los Viajeros, fuimos a cenar a Cave Canem. Pedimos pizzas y un entrante que se llama Suppli. Un poco mejor que al mediodía. Mi comentario en Trip Advisor.
Ya eran las 22:00 cuando cogimos el PRIMER transporte público des de que habíamos llegado a Roma por la mañana. Nos costó un poco orientarnos con las líneas de bus, pero al final encontramos uno que pasaba por Termini (no es difícil porque muchas líneas acaban ahí).
El autobús en Roma es una aventura, las calles están adoquinadas y los conductores van como locos tomando las curvas. ¡Agarrarse!
Llegamos al hotel completamente reventados. Suerte que la habitación era muy tranquila y silenciosa, durmimos muy bien.
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