sábado, 1 de octubre de 2011

01/10/2011: Museo de Historia Natural, Upper West Side, ferry a Staten Island

Esta página del blog describe el día 8 de 9 de nuestro viaje a Nueva York, Washington y Cataratas del Niagara.

Resumen del día

  1. Visitar en detalle el Museo de Historia Natural, y ver también el Guggenheim y el Metropolitan Museum.
  2. Pasear por el Upper East Side y ver Bloomingdales.
  3. Compra de souvenirs en Chinatown y ver Tribeca.
  4. Coger el ferry gratuito a Staten Island.
  5. Cenar en el restaurante musical "Stardust".

Es Sábado 1 de Octubre y empezamos nuestro penúltimo día en Nueva York. Por primera vez en todo el viaje no nos pegamos un madrugón, si no que nos levantamos un poco más tarde, a las 09.00. Esa mañana notamos un cambio de clima brutal: bajada de temperaturas considerable respecto a días anteriores, y muchas nubes.

En Tisserie desayunamos pancakes con mermelada, y nuestros zumos de naranja natural, por 17 dólares los dos. Los pancakes los encontré demasiado empalagosos para mi gusto, ¡mucho mejor los muffins!


El plan para esa mañana era visitar el Museo de Historia Natural de Nueva York, que es el más famoso del mundo al respecto, y además a mi me hacía mucha ilusión ver porque todas las historias de las novelas de Pendergast que me gustan están relacionadas con el museo, que además ha salido en muchas otras películas.

El Museo de Historia Natural


A diferencia de otros museos de arte que hemos estado (que nos cansan rápido por no ser entendidos en la materia), éste museo nos gustó mucho.

Podríamos haber ido andando desde el hotel, porque se encuentra cerca, en uno de los laterales de Central Park, pero como aún nos duraba la MetroCard fuimos en metro. Fueron pocas paradas, y además hay la estación conecta directamente al museo por subterráneo.

El precio recomendado del museo son 15 dólares por persona. Pero en verdad también puede ser gratuito. Es decir, ellos sugieren que el precio estimado que deberías pagar por tu visita al museo, para mantener su conservación, sea ése. Pero tu puedes dar 15, 10 o 1 dólares,... lo que quieras.

Cuando llegamos a las taquillas, no había demasiada cola. Dimos cinco dólares cada uno por la entrada. Recordad que esto es así en la mayoría de museos de Nueva York: suggested prize. Por eso tal vez no vale la pena los passes que te venden con entradas a diferentes sitios de la ciudad, si sabes que incluye las entradas de los museos, pues en ellos puedes pagar lo que creas conveniente. Ninguna mala cara por parte del hombre en ventanilla por pagar de menos. Nos dio las entradas y punto. Entramos a las 10:15.

El museo es muy grande, y al principio nos perdimos por coger unas escaleras equivocadas nada más empezar, que nos dejó en la zona del Espacio. Luego nos orientamos mejor y llegamos al hall donde tienen el esqueleto de tiranosaurio y diplodocus:


Todo está repartido por diferentes sectores: mamíferos, aves, depredadores,... Cada animal tiene su propio espacio, y las piezas están muy logradas. Realmente es fascinante recorrer todas las salas, lástima que las fotos no salgan demasiado bien, y no le hacen justicia a todo lo que vimos:


Luego fuimos a la sección de culturas, desde los prehistóricos a los indios:


Y la conocida sección de dinosaurios:


También pasamos por la sección del mundo submarino:


Nos recorrimos todas las salas. Si vas a buen ritmo, en unas dos horas tienes el museo visto. Luego hay exposiciones adicionales que hay que pagar a parte, no entramos a ninguna.

Era casi la 13.00 cuando salimos. Tomamos alguna foto del museo por fuera, ya que al venir habíamos entrado directamente desde el metro:


Como estábamos en Upper West Side y queríamos ir a Upper East Side, decidimos cruzar el Central Park horizontalmente. Fue un trayecto corto andando, respirando aire fresco. Vimos otra vez un montón de runners, a pesar de que hacía un poco de frío.

Al salir al otro extremo del parque, compramos unas almendras dulces en un puestecillo (¡buenísimas! ¡¡¿porque no las descubriríamos antes?!!).

Estábamos en Upper East Side, donde viven las protas de la serie Gossip Girl que le gusta a Kelita. Cogimos un autobús que nos subió hasta el Guggenheim Museum. Tomamos algunas fotos desde fuera, pero no llegamos a entrar, porque este es privado y aquí si que hay que pagar una pasta, y encima es solo de cuadros:


Desde ahí cogimos otro autobús que nos bajó hasta la 59 St, pues queríamos ir a Bloomingdales, que son otros grandes almacenes de moda.

De bajada, pasamos por delante del Metropolitan Museum of Art, al que tampoco llegaríamos a entrar por falta de interés.

Como ya eran más de las 14.00, comimos algo en Delmonico Gourmet, que nos lo encontramos de paso. Por 20 dólares los dos comimos bastante bien, y tranquilos.

Tarde lluviosa


Todo lo que no nos había llovido durante el viaje, nos llovió entonces. Así que fuimos corriendo de comer a refugiarnos en Bloomingdales. Tras dar unas vueltas por las diferentes plantas de los almacenes, fuimos a una tienda de Clarks donde Kelita se compró unos zapatos. Como había parado un poco de llover tomamos una foto de Bloomingdales:


Descansamos un rato en el hotel, y luego nos preparamos para coger el ferry a Staten Island por la tarde. Primero paramos en Chinatown, en la estación de Canal St, donde compramos los gifts y souvenirs del viaje en las tiendas y puestecitos que había por ahí.

Luego nos acercamos a Varick St, en la zona de Tribeca, donde está la caserna que se usó como cuartel general para las películas de Cazafantasmas. Muy mal el flash aquí en estas fotos:


Luego nos fuimos en metro downtown, para coger el ferry a Staten Island. ¡Volvía a llover bastante!

Ferry a Staten Island


Staten Island es el quinto barrio de Nueva York, junto a Manhattan, Brooklyn, Queens y el Bronx. Al igual que Manhattan, es una isla. Pero ésta solo tiene conexión por mar, no hay puentes.

Staten Island Cruises es una línea de ferrys que conecta gratuitamente Staten Island con Manhattan. Es una buena manera para los turistas de tener diferentes vistas de la Gran Manzana y su skyline, y también de la Estatua de la Libertad, ya que el ferry pasa cerca de Liberty Island.

Cuando llegas a Staten Island no hay nada que ver, así que al acabar el trayecto se coge inmediatamente el ferry de vuelta. El trayecto dura unos 20 minutos, y el ferry sale cada media hora, así que da tiempo de ir y volver en el siguiente. El viaje es gratis y no hay que llevar billete sacado de antes: simplemente llegas y te subes.

Como llovía cuando llegamos al puerto, tuvimos que esperar un poco a embarcar al ferry, y subimos a las 19.30. Por suerte durante el viaje paró de llover, aunque hacía bastante frío así que estuvimos un rato en el exterior y luego ya nos metimos dentro de la cabina.


El recorrido es sencillo y en linea recta: ir y volver.

A las 20:30 ya estábamos de vuelta en Manhattan.

Cena en Stardust

Última noche en Nueva York. Para cenar, nos habían recomendado un sitio que está en la 6th Avenue que se llama Stardust. Es un bar musical donde los camareros cantan y bailan subidos a las mesas, a unas pasarelas que hay alrededor, etc... Es bastante animado y nos hacía gracia, verlo así que fuimos directamente al volver del ferry, para no pillar colas.



Al ser sólo dos personas, cuando llegamos a Stardust nos dieron mesa al instante. Pero había grupos de gente esperando en la cola. Fue divertido ver a los camareros que te sirven cómo se iban turnando para coger el micro y cantar o bailar, sólos o en grupo.



El resto de clientes (la mayoría eran neoyorkinos) también se lo pasaban en grande, y no paraban de echar propinas a los camareros.

La comida, cara y normalita: 25 dólares por persona por unos sandwich y cocacolas. Pero con el espectáculo, y siendo la última noche que cenábamos en Nueva York, podemos decir que estuvo bien.



Salimos casi a las 23:00 del restaurante. Antes de volver al hotel, decidimos pasear por última vez por Times Square, como para "despedirnos" de la Nueva York de noche. Ahí siempre hay multitud de gente: haga frío o calor y sea de día o de noche. Kelita paró en un Wallgreens a comprar cremitas y cosas que quería traerse para aquí.

Eran pasadas las doce y hacía un frío considerable. Nos fuimos al hotel a pasar nuestra última noche del viaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario